Solo se necesita una grabadora con música bailable a alto volumen para que el auditorio de la parroquia eclesiástica San Alfonso, en el Centro de Cuenca, se convierta en el salón de baile de 100 niños. Yanela Cabrera, una de las coordinadoras de la colonia vacacional de San Alfonso, dirige a los más pequeños, quienes observan sus movimientos, siguen la música sin parar por más de 40 minutos.
Esta es una de las actividades realizadas por los niños en Cuenca, en las colonias vacacionales que se cuentan por decenas y hay para todos los gustos, desde cursos de motivación para los niños con problemas de sociabilización o hacer figuras de chocolate hasta ballet, pintura y deportes.
La psicóloga Liliana González lleva su alumna Maricela, de la colonia vacacional de motivación, hacia un gran espejo –Como estás hoy-dice Liliana con una gran sonrisa. –Estoy linda, hoy me peine y me siento a gusto conmigo misma-dice la niña. El ejercicio menciona la psicóloga ayuda a mejorar el autoestima de los niños de cinco a 12 años. “La idea es cambiar actitudes en el hogar, que se aprendan a querer ellos mismos y así aprovechar las vacaciones”.
En la escuela de arte Sono, todo es arte. En la colonia vacacional, el mayor premio de los niños fue elaborar “un gran monstruo” y colocarlo en la pared a manera de exposición como lo describe Mélani de 10 años. Ahora se empeñan en crear títeres para hacerlos actuar en una obra de teatro.
Tatiana, de 10 años, decidió participar en una colonia de basquetbol aprovechando que en la Federación Deportiva de Azuay ofreció a los más pequeños aprender no solo esta disciplina deportiva, sino futbol, natación, patinaje… Con atención escucha a su maestro Mauricio Ordóñez, quien da indicaciones para empezar el juego.
El objetivo final, dice el entrenador es que los niños no se queden en casa y aprovechen las vacaciones.